En los últimos días de diciembre y los primeros de enero han abundado la listas de las mejores películas del año, de la década, etc. Yo sólo puedo decir que al igual que el año pasado, cuando sí publiqué mi lista, no fui demasiado al cine. Este año fui todavía menos, y apenas pude asistir a algunas funciones comerciales y pocas de cine independiente, aún así puedo decir que hay dos corrientes que me llamaron la atención.Sigue leyendo...
En primer lugar, uno de mis géneros favoritos y que desde hacía tiempo venía dando señales de cansancio logró renovarse con tres títulos. La muy esperada Star Trek de J.J. Abrahms reventó las taquillas norteamericanas y fue aplaudida por la crítica. Lamentablemente la saga del Capitán Kirk parece no contar con demasiados fanáticos en nuestro país, puesto que no duró demasiado en cartelera y no pude verla :(
La que sí pude disfrutar fue Sector 9, de Neill Blomkamp. Este Sudafricano de nacimiento se encuentra radicado en Canadá y contó con la producción del Neocelandés Peter Jackson (director de El Señor de los Anillos). La Mancomunidad de naciones entra en Hollywood tocando fuerte y lograron renovar el género de la invasión extrarrestre presentándonos la clara metáfora del racismo y del segregasionsimo que vivió Johanesburgo en la época del apartheid. El guión, que me pareció de videjouegos, está nominado a mejor guión original en los Globos de Oro.
Los extraterrestres también parecieran ser la cultura "menos avanzada" en la película más esperada del año pasado, y que todavía están en cartelera: Avatar. Esta cinta de James Cameron resultó una de mis favoritas del año, y no porque su trama sea precisamente original (es Pocahontas en el espacio), sino porque el director canadiense ratifica lo que ya había logrado con Titanic: aunque te esté contando la historia más cliché del mundo, logra emocionarte y meterte en la trama como pocos directores lo logran. Una cinta emocionante y envolvente.
En cuanto al plano de los documentales, este año dominó el tema ecológico. Las dos cintas que más me impactaron fueron La Tierra y Home. Aunque temáticas similares, ambas tenían esquemas de producción y estructuras dramáticas muy diferentes. La primera sale de una alianza de Disney con Discovery para reeditar parte del material del programa Planeta Salvaje para lanzarlo como una cinta de dos horas donde se da estructura dramática a cinco familias de animales para buscar enganchar al espectador. La segunda, obra del fotógrafo francés Yann Arthus-Bertrand, resolvió con narración y un estilo contemplativo la naturaleza, las actividades humanas que la depredan y las posibles soluciones. Para destacar que este última no llegó a los cines venezolanos, pero su lanzamiento se realizó en Alta Definición en Youtube. Fue allí donde lo pude apreciar, gracias a los favores de las nuevas tecnologías.
En cuanto al cine venezolano, con el perdón de mis colegas coterráneos que me leen, debo decir que he seguido la regla de sólo ver películas que me llaman la atención. Con esta premisa, el año pasado sólo fui al cine a ver una películas venezolana: Hacedores de Nostalgia. Aunque financiada por el CNAC, esta película recibió una distribución independiente bastante extraña: sólo era proyectada en los cines de Trasnocho, en determinados días de la semana. En el interior del país siguió una estructura similar. La cinta no sólo retrata la Caracas de los años cincuenta y los inmigrantes que llegaron a vivir en ella, sino que plantea la situación de quienes decidieron nuevamente emigrar fuera del país para abrirse rumbo en otras latitudes. Una temática actual, dado los índices de emigración venezolana en los últimos años.
Quería hablar un poco de lo que viene en el 2010 y mis expectativas, pero esta entrada ya está demasiado larga, así que lo dejo para la próxima.
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