martes, 19 de enero de 2010

La gruesa piel del cineasta

Este artículo un poco reflexivo, de esos que no acostumbro colocar en esta bitácora. No quiero explayarme demasiado en un asunto personal que, a fin de cuentas, no tiene tanta importancia. El motivo de esta entrada es recordarme a mí mismo, y a quienes leen este blog (y a todos quienes queremos hacer vida en el mundo del cine) que el lidiar con el rechazo y los ataques personales es el pan de cada día. Es algo que no enseñan en ninguna escuela, pero vaya que se aprende, ya sea con los compañeros de la academia o a través de la experiencia directa.

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El cine o el vídeo son artes colectivas que requieren del trabajo de mucha gente. Además, para quienes queremos vivir de esto como profesión, es complicado ingresar a alguna industria lo suficientemente rentable como para mantenerse. Además, en la actualidad en Venezuela existe una harta oferta de graduados de Comunicación Social, Cine, Audiovisual y carreras afines; mientras que por otro lado cada vez hay menos puestos de trabajo en esta área. El mercado de trabajo en el audiovisual se ha puesto complicado, y la respuesta natural de quienes trabajan en el medio es contratar en base a círculos de amistades. De esto ya he hablado antes, aunque tal vez en otros espacios.

El mundo del cine en Venezuela no es muy diferente. Favores y amiguismos van y vienen en empresas (públicas y privadas), fundaciones y demás. Y así como los puestos de trabajo se deciden a título personal y no tanto por méritos, en lo que respecta a críticas y discusiones la situación también suele tornarse personal. Un gran corrector de guiones me lo dijo en algún curso en el que participé: es muy difícil trabajar los guiones en Venezuela porque los escritores siempre se toman cualquier crítica como un ataque personal. El "ego" del creador suele estar muy por encima de su voluntad de hacer un mejor cine.

¿Y todo esto con respecto a qué? Simplemente a que por lo visto una discusión en otro espacio de Internet por lo visto fue tomada por la otra parte como eso, un ataque personal. En vista que el bloguero decidió tomar "prestadas" noticias de mi Twitter para hacerlas suyas propias (sin respetar el RT de esta red) decidí proteger mi feed. Si desean seguirme, ahora deben pulsar sobre el botón de Twitter para acceder a mi feed personal. Un feed, por cierto, que tiene mi apellido, porque no pretendo venderme como algo más que un individuo.

Y sí, tal vez suena un poco drama king de mi parte, pero en vista que el enlace a este blog desapareció de allá (por lo visto no me "leen", aunque sí toman mis enlaces sin hacer la más mínima mención), también lo he eliminado de mi blog. Y digo lo he eliminado porque yo soy el único autor de este blog personal, cuya dirección por cierto es mi nombre porque, insisto, no quiero venderme como algo más que eso, un inviduo que busca su espacio en la red. El saludo queda a quienes me leen, a quienes seguiré leyendo y a los cineastas que siempre están dispuestos a dar una mano, ya sea como ayuda o dar una mano como una severa critica a la obra a la que me dedico.

Al final del día, si alguno de ustedes se toma el trabajo de ver mi corto (o algún otro trabajo mío) y decirme alguna crítica, sólo puedo pensar que lo hacen porque esperan que en el futuro haga mejores obras. Por favor, no juguemos al juego de "si me caes bien tus cortos me parecen buenos", que a fin de cuentas sólo beneficia a nuestro ego y no a las obras que hacemos. Hacer un mejor cine sólo lo lograremos con una crítica bien argumentada y que no caiga en el ataque (o en las alabanzas) a alguien porque nos caiga bien o mal. Después de todo, el cineasta debe tener la piel bien gruesa para lidiar con personas de este tipo, con las críticas y con el continuo rechazo al que se está expuesto en esta carrera, porque para quedar en una convocatoria seguro no se ha logrado en 10 oportunidades anteriores. Por eso, cada experiencia de este tipo debe tomarse como un nuevo impulso para seguir adelante. Y escribo esto para recordármelo a mí mismo y a cualquiera que quiera leerlo.

1 comentario:

  1. Lamentablemente y aunque suene cruel, esto es un asunto de madurez. Cosa que, como he dicho mil veces, no tiene nada que ver con la edad cronológica.

    En muchas proyecciones y en otros ámbitos del entorno profesional me ha tocado ver gente felicitándose entre sí por piezas audiovisuales y luego criticando a espaldas del creador (que creo, es el principal interesado)

    Sinceramente no sé quien es peor, el que no dice las cosas o el que no puede aceptar que se las digan, e induce a los demás a mantener ese silencio que en realidad no le traerá nada bueno.

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