Hace un par de semanas me llegó un correo del CNAC avisando que van a comenzar una interesante tanda de talleres de escritura narrativa. Entre los profesores se encuentran Frank Baiz Quevedo, excelente script doctor y autor de varios libros de la materia (además del programa Escriba, software para la escritura de guiones) y también Ana Cristina Henríquez, una de las personas que mejor maneja el formato estándar de guión.
Tuve la oportunidad de recibir clases de ambos y debo decir que es una oportunidad que cualquier guionista debería aprovechar. Pueden ver la lista completa de los talleres aquí.
Crónicas multimedia
Bitácora profesional de Harold López Garroz.
martes, 4 de febrero de 2014
miércoles, 8 de enero de 2014
El cine venezolano y la impunidad
Hace algunos días leí un artículo de humor que hablaba de las películas de Charles Bronson. El texto en cuestión se burlaba de cómo las cintas de Death Wish (llamadas El Vengador Anónimo en Venezuela) sólo pudieron funcionar en la década de los setentas porque el los índices de criminalidad en las principales ciudades de EE.UU. eran sumamente elevados. Ciertamente, cintas como las de Bronson o la saga de Harry el Sucio de Clint Eastwood, se convirtieron en éxitos al presentar a justicieros hiperviolentos que mataban sin cuartel a delincuentes comunes.
Hace algunos años, cuando se estrenó la cinta Tropa de Élite en Brasil, ocurrió algo similar. Si bien José Padilha confesó haber hecho la cinta para denunciar la violencia policial, en los sectores más populares de Brasil el Capitán Nascimento, que mataba e incluso torturaba delincuentes, se convirtió en un héroe. De hecho, el disfraz más vendido durante esos carnavales fue, precisamente, el uniforme de la BOPE, el grupo de élite que entraba a las favelas de Brasil a exterminar criminales.
En Venezuela, el cine social de los sententas y ochentas denunció muchos casos de injusticias sociales y habló de la criminalidad, pero cuando uno se detiene a pensar, la gran mayoría de las películas cuentan esta historia desde la perspectiva del delincuente. Desde el literal Soy un Delincuente hasta Sicario pasando por Huelepega, muchas de las historias buscan comprender las razones por las cuales alguien llega a cometer un delito. Sin embargo, en su exploración de las causas de la violencia, ¿no terminan justificándola, o incluso ensalzándola?
Secuestro Express, la película más taquillera de la historia de Venezuela, también cae en este esquema. No sólo nos presenta el trasfondo de la historia de los tres maleantes que secuestran a una pareja de clase media, sino que, como también es costumbre, al final nos presenta unos delincuentes que no pagan por sus acciones delictivas. Incluso, llega a redimirlos al presentar una policía mucho más corrupta que los propios maleantes. Y también está el caso de Cien Años de Perdón, donde ladrones de bancos son los héroes de la partida.
En un día como hoy, cuando la muerte de la actriz y ex Miss Venezuela Mónica Spear vuelve a llevar a la palestra el tema de la inseguridad, se habla mucho de impunidad y de cómo algunos políticos justifican las acciones de los criminales, sin tomar una postura de intolerancia antes crímenes como el robo y el asesinato. Como cineasta, me hago la pregunta, ¿no cae el cine venezolano en esto mismo? ¿Por qué nunca se ha reivindicado la figura del policía honesto que de verdad arriesga su vida por la seguridad de los sectores populares donde hace parte? ¿Por qué en el cine venezolano el crimen sí paga?
Hace algunos años, cuando se estrenó la cinta Tropa de Élite en Brasil, ocurrió algo similar. Si bien José Padilha confesó haber hecho la cinta para denunciar la violencia policial, en los sectores más populares de Brasil el Capitán Nascimento, que mataba e incluso torturaba delincuentes, se convirtió en un héroe. De hecho, el disfraz más vendido durante esos carnavales fue, precisamente, el uniforme de la BOPE, el grupo de élite que entraba a las favelas de Brasil a exterminar criminales.
En Venezuela, el cine social de los sententas y ochentas denunció muchos casos de injusticias sociales y habló de la criminalidad, pero cuando uno se detiene a pensar, la gran mayoría de las películas cuentan esta historia desde la perspectiva del delincuente. Desde el literal Soy un Delincuente hasta Sicario pasando por Huelepega, muchas de las historias buscan comprender las razones por las cuales alguien llega a cometer un delito. Sin embargo, en su exploración de las causas de la violencia, ¿no terminan justificándola, o incluso ensalzándola?
Secuestro Express, la película más taquillera de la historia de Venezuela, también cae en este esquema. No sólo nos presenta el trasfondo de la historia de los tres maleantes que secuestran a una pareja de clase media, sino que, como también es costumbre, al final nos presenta unos delincuentes que no pagan por sus acciones delictivas. Incluso, llega a redimirlos al presentar una policía mucho más corrupta que los propios maleantes. Y también está el caso de Cien Años de Perdón, donde ladrones de bancos son los héroes de la partida.
En un día como hoy, cuando la muerte de la actriz y ex Miss Venezuela Mónica Spear vuelve a llevar a la palestra el tema de la inseguridad, se habla mucho de impunidad y de cómo algunos políticos justifican las acciones de los criminales, sin tomar una postura de intolerancia antes crímenes como el robo y el asesinato. Como cineasta, me hago la pregunta, ¿no cae el cine venezolano en esto mismo? ¿Por qué nunca se ha reivindicado la figura del policía honesto que de verdad arriesga su vida por la seguridad de los sectores populares donde hace parte? ¿Por qué en el cine venezolano el crimen sí paga?
sábado, 28 de diciembre de 2013
Blue Label llevada al cine por Alejandro Bellame
A principios de año terminé de leer la novela Blue Label / Etiqueta Azul de Eduardo Sánchez Rugeles e inmediatamente coloqué en twitter que la cinta sería una excelente road movie venezolana. Hace unos días me llegó un comunicado del CNAC (sí, me siguen llegando a pesar de que no vivo en Venezuela desde hace casi tres años) y me alegró mucho ver que el proyecto Blue Label de Alejandro Bellame (El Tinte de la Fama) está entre los proyectos elegibles para desarrollo.
Como emigrante venezolano, me sentí muy identificado con Eugenia Blanc, y sé que también lo hacen miles de jóvenes profesionales que han tomado la decisión de salir de Venezuela. Esperemos entonces la adaptación y ojalá muchos cinéfilos decidan también leer la novela de Sánchez Rugeles.
Y ojalá en vuelva el Premio Arturo Úslar Pietri. Sorprende que después de una primera convocatoria tan exitosa no haya habido una segunda.
Como emigrante venezolano, me sentí muy identificado con Eugenia Blanc, y sé que también lo hacen miles de jóvenes profesionales que han tomado la decisión de salir de Venezuela. Esperemos entonces la adaptación y ojalá muchos cinéfilos decidan también leer la novela de Sánchez Rugeles.
Y ojalá en vuelva el Premio Arturo Úslar Pietri. Sorprende que después de una primera convocatoria tan exitosa no haya habido una segunda.
lunes, 9 de diciembre de 2013
De vuelta al guionismo...
Justo me encontraba arreglando unas cosas en la casa cuando me encontré este manuscrito de un taller de escritura de telenovela que hice en la UCAB, por allá por el 2001, si recuerdo bien. El taller fue dictado por Fernando Gaitán, quien en aquella época estaba en la palestra por su mega éxito Yo soy Betty, La fea.
Interesantemente, encuentro estas notas justo cuando estoy retomando la escritura de un par de proyectos que tenían engavetados algunos años: un cortometraje y un libro. El primero todavía está en papel, ya que estoy reescribiendo el guión, el cual (por cierto) se tata de mi primer libreto en francés. El segundo es una novela histórica, de la cual espero tener más noticias pronto.
2014 pinta como un año en el que se van a concretar los proyectos. Y para eso, ¡a escribir!
martes, 17 de septiembre de 2013
"Misión Emilio" ganó en los Premios Inter
Si viven debajo de una piedra (o lejos de Venezuela, como es mi caso) capaz no se han enterado de que Misión Emilio ganó en los Premios Inter en la categoría Mejor Programa Humorístico.
Sólo quería escribir unas líneas para felicitar a todos los compañeros del programa, algunos de los cuales conozco desde hace más de una década, cuando coincidimos en Radio Rochela.
Esperemos que vengan muchas temporadas más y desde acá un saludo a todos los involucrados. Seguro están más emocionados de lo que aparentan en la foto (cortesía de Rumberos.net)
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